Otra vez tormenta


Llovía sobre la cancha cuando le dije que se fuera. No puede ser que me arruines el fútbol cada martes, regurgité con mi pinta de alfeñique, mientras reparaba en las piernas torcidas y los botines embarrados. Atrás, la peña se burlaba de mí como siempre. Cada vez que ella venía de imprevisto y nos cortaba el rollo del partido, pasaba lo mismo: el Ruso hacía señas obscenas con las dos manos, Xavi me palmeaba el hombro y se reía, los porteros se encontraban a mitad de campo para cotillear y Rudy me gritaba Boludo, andá que la llamaste vos.
Pero hoy se terminó. Es hora de que sepas que soy cojo, qué danza de la lluvia ni leches.

6 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Lo más destacable de este micro -trazado con una ajustada economía narrativa- es su forma de sugerir una historia que se demuestra distinta a la prevista -al menos para este lector- al llegar al final y completarse con el título.

Me ha parecido una pieza excelente.

Un saludo,

Sandra Sánchez dijo...

Suscribo lo dicho por Pedro Sánchez.
Genial!
;)

inespoe@gmail.com dijo...

maravilloso relato, me gustó más el comienzo ¿por qué será??

Luc Arrabal dijo...

Petons Musa.
me gusta la mezcolanza, la mixtura de tierras de tu lengua.
aqui paso, y cada tanto, espío,
aqui conoceré las historias de la lejanía ahora cercana.
aqui estoy
o talvez allá.
Quien sabe, para saberlo, es que se leen las historias.
Que sigan ellas, solas, que hablen por nosotros.
Que sean ellas,
las que deciden que hoy se terminó, o que talvez no es la lluvia la que embarra la cancha, sino la meta la que nunca se guarda nada para dejarnos
a la intemperie del juego.
Petons musa, un gustazo, che.

Pablo Copola dijo...

jajaja… qué micro más estupendo… poesía y humor negro todo en uno… chapó

Un abrazo

Melina dijo...

Me parece que veo asomar unas ramitas y flores lilas en la pata de palo...

Lluvia de besos, Musa!
Malditamente tierno.