Complot para matar musas

Tenga paciencia, ya llegará el momento en que se aparezcan con su vocecita de siempre, exigiéndole que busque lápiz y papel, obligándolo a desaparecer de cualquier contexto social para satisfacer su demanda de escritura. Y esa será su oportunidad.

Nunca se enamore de una musa. Estos seres mitológicos son atractivos pero peligrosos, pueden dejarle el cuerpo hecho una ruina. No se fíe de su mirada amable, evite quedarse con ella -o ellas- a solas; encienda la tele o busque un best seller y enseguida huirán despavoridas.

Si ve a una mujer de belleza extraña: puede ser una musa disfrazada, tenga cuidado. Son muy perspicaces a la hora de camuflarse para obtener su fin. Resultan implacables en su deseo de apoderarse de su voz interior. Y si no la detiene a tiempo terminará escribiendo “para” ella.

Son inmunes a balas de plata, estacas, venenos, armas nucleares y se saben poderosas por ello. Pero no se aflija: mátelas con la indiferencia. Verá qué alivio le representa el papel en blanco.